Aló, soy yo de nuevo. Hoy les vengo manejando lo que viene siendo la frustración, un sentimiento bien bonito que a todos tarde o temprano nos llega, sí, la perra pinche puta frustración. Para empezar puedo decir que el martes pasado (por si no lo habían notado, publico entrada los martes), no pude publicar nada porque no tuve mucho tiempo para escribir, probablemente en este momento ustedes estén pensando que ni que escribiera cosas muy inteligentes o para las que tuviera que pensar mucho, pero bueno, las pendejadas no se escriben solas; a final de cuentas esto me hizo sentir frustrado. Avedá, empezando a tirar putazos luego luego.
A ver, queridos lectores, quien haya tenido sentimientos de frustración recientemente, levante la mano. ¿La levantaron? Perdón, digo tampoco puedo ver qué están haciendo… Si usted levanto la mano, si fue usted a darse de topes en la pared más cercana y después cuestionó la razón de su existencia, esta entrada es para usted. No puedo prometerles que después de leer esto se sentirán mejor, pero puedo decirles que probablemente por unos minutos dejarán de pensar en su propia miseria para concentrarse en la mía.
Bien, les contaré un poco acerca de mis frustraciones más recientes. Resulta que mis terapeutas (qué les importa si tengo más de una) coincidieron en que uno de mis puntos débiles es que suelo tardar un poco en poner cierto tipo de límites en mis relaciones interpersonales y, sin que sea permisivo, pues ahora sí que prefiero mejor retirarme lentamente (disculpen ustedes si alguna vez lo hice con ustedes, pero lo más seguro es que hubo algo que no me atreví a decirles para mejorar la relación). Me aconsejaron intentar mejor, antes de alejarme, comunicar asertivamente aquello que no me gusta del todo, esto para tener relaciones interpersonales más sanas. Acepté el consejo y después de algunas inseguridades y de un chingo de ansiedad logré empezar a ponerlo en práctica.
En mi cabeza todo salía bien, digo, a final de cuenta somos personas y yo lo haría de la mejor manera posible para, como dije antes, hacerlo de manera asertiva. Oh, sí, en mi fantasía yo salía con lentes thug life por haber manejado la situación a la perfección y haber mejorado y fortalecido mis amistades, a huevo, nada podía salir mal. Sin embargo digamos que el factor sorpresa (no tan sorpresa, la neta), comienza a aparecer y todo empieza a malir sal. Amigos, las últimas dos semanas me han borrado de Facebook, de Whatsapp, me expulsaron de sus cuentas de Instagram, me dijeron «infantil» e «irrespetuoso» y además ahora más bien la gente se aleja de mí. Banda, hasta Facebook me puso en la lista de los conflictivos y me advirtió que una más y me salgo, jajaja, en realidad eso fue una babosada, pero está divertido (no escriban «ptm» porque Mark se emputa).
En fin, ¿qué creen que sentí cuando esas cosas sucedieron? Pues pinshi frustración, plebes, frustración de la que te regresa a terapia, jiji. Me hace pensar dos cosas:
- Mi asertividad es muy mala
- No estamos preparados como sociedad para estas prácticas
No sé cuál de las dos es la correcta (o si son las dos), pero bueno, ambas están bien del asco. Al menos puedo aportar y siguiendo trabajando la 1. Con la 2 pues no puedo ayudar tanto, doe.
E, e, e, eso es todo amigos. Esta va para Arturo Cabrera de Facebook. Yo me largo a jugar con mis hot wheels y faltarle al respeto a la gente que conozco.
Aquí les dejo mi boletín the WANTED. Sale bai

Mira Alejandro; somos actores cada dia de nuestra vida, que nos disfrazamos de personajes con distintos matices segun con quien estemos. Así que quedate tranquilo con tu conciencia; porque se que la tienes y siempre haz lo que haga sentir bien. Saludos.
Me gustaMe gusta
Es el estilo de vida que debemos adoptar 🙂
Me gustaMe gusta
😊👋
Me gustaMe gusta