Hoy desperté, otra vez, con ganas de nada. Desperté después de haber tenido parálisis de sueño durante la noche, una vez más, llena de sueños inusitados en los que soy posesión de seres paranormales que no dejan mi alma partir. Desperté, de nuevo, con ganas de no salir de la cama.
¿Qué sucede? Es complicado vivir días así, más aún cuando se han convertido en normalidad debido a su consecutividad. El dolor y la soledad no son fáciles de sobrellevar. Son molestos y paralizantes. Son una cortina de humo que impiden la concentración y la persecución de una vida socialmente vista como «normal» o «productiva». Al carajo con la sociedad y la vida productiva, al carajo con los consejos de evitación. He huído demasiado y ahora me cuesta aún más salir de aquí.
El medicamento, la terapia, todo siempre muy útil y resultante en un crecimiento mental y emocional, sí, pero aún cala. Aún cala después de años de trabajo personal. ¿Por qué? ¿Por qué parece que hay un ensañamiento particular sobre algunos? ¿Cuándo fue que nos equivocamos tan diferente a los demás que ahora sufrimos así? ¿Cuál de esos errores fue?
Las palabras que escapan afines a una persona fingiendo ser una víctima, y probablemente es lo que estoy haciendo, haciéndome la víctima, ¡pero aún así duele, con un carajo! Y verdaderamente no le deseo esto a nadie en la perra vida que me ha de terminar matando.
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Amigos, hace algunos meses me dedicaba a escribir por aquí cada martes, abandoné la misión igual hace ya algunos meses atrás. Sin embargo dos días atrás me encontré con la linda sorpresa que a pesar de ello sigo siendo medianamente leído por algunos de ustedes y eso fue algo que me dio un tremendo gusto. Gracias por ello.
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Saludos,
Tragedias literarias 